Los Músicos

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Cuando el recién nacido llego a la casa, todo se conmocionó.
En realidad la más conmocionada fue la mosca.
Lo vio en el momento en que, el tipo, después de chuparle la teta a la madre y tras un tremendo eruto, se dormía placidamente. Ante el espectáculo, se sintió profundamente conmovida.
Esta era una mosca bastante inteligente y tremendamente sensible.
Se acercó suavemente a darle un beso en el cachete y de paso metió su trompa entre la comisura de los labios, para probar la leche materna.
Cuando la madre la vió, comenzó a tirar golpes al aire y a hacer toda clase de gestos para espantar a ese asqueroso bicho.
El bicho en cuestión, quedó sumamente sorprendido por esta demostración de violencia gratuita y sin comprender la actitud de esta agresiva señora. Ya dijimos que era muy sensible. Lo que sí comprendió rápidamente, es que si no se alejaba a toda velocidad iba a morir aplastada. Ya dijimos que era bastante inteligente.
Instalada en la lámpara que colgaba del techo, observaba con ternura al crío y con desconfianza y bastante cólera, a la mujer.

Pronto aprendió, que si quería acercarse al hermoso lactante, debía mantenerse lo más próximo posible a su cara, ésta era la mejor manera de mantenerse a salvo de la temible palmeta que, la guardiana, manejaba con bastante pericia. Lamentablemente, ya lo habían comprobado varias desdichadas congéneres, menos lúcidas que ella.
Tal era el amor, que este niñito le había despertado, que se pasaba las horas mirándolo, dándole besitos, o acariciándolo con sus patitas. Todo esto por supuesto, cuando la madre no estaba cerca.
Lo que la mosca no podía preveer, era que la araña, a la que, el bebe, le importaba muy poco, la observaba con suma atención, mientras tejía interminables telas y extrañas redes, por todos los rincones de la casa, dispuesta a almorzársela, en cuanto se descuidara.
Increíblemente, la mosca, consiguió sobrevivir a todos los ardides y trampas que le tendió la araña, y a la palmeta asesina.
Así las dos, una con interés, la otra no, vieron crecer al niño, hasta que se convirtió en un apuesto, aunque tímido joven.
Pasaron algunos años sin que nada cambiara demasiado.
El joven dedicaba gran parte de su tiempo a estudiar el piano, la araña seguía con sus tejidos, pretendiendo comerse a la mosca y ésta continuaba esquivando trampas.
El problema mayor con que se enfrentaban ambos bichos, era que habían crecido tanto, que ya no encontraban lugar seguro en toda la casa donde ocultarse.

Cierto día, la madre horrorizada, vió a su hijo bajando por la escalera, de la mano de una gran mosca. Los dos se dirigieron al piano y mientras el joven arreglaba unas partituras y se preparaba para tocarlo, la mosca sacó una larguísima flauta traversa.
Arrancaron los dos con una hermosa melodía.
Es de imaginar la sorpresa, de la buena señora, ante el inesperado espectáculo. Tampoco salía de su asombro la araña, la que al fin se armó de valor, apareciendo en el salón portando su chelo.
Les costó un poco ponerse de acuerdo sobre los temas a interpretar, ya que no era simple encontrar partituras para formación tan exótica. Comenzaron con un trío de Mendelsohn, que en realidad era para piano, violín y chelo, pero la flauta tocó la parte de violín y sonó bastante bien.
Poco tiempo después, tendrían grandes discusiones, por un lado al tener que transcribir muchas piezas para estos tres instrumentos, pero, sobre todo, por el repertorio a encarar. Mientras chelista y flautista, se inclinaban por los clásicos y los románticos, el pianista, pretendía tocar de Stravinski en adelante.
Rápidamente se hicieron conocidos a través de sus grabaciones.
No se animaban a presentarse en publico, pese a que les llovían toda clase de ofertas para realizar conciertos.
La araña era una verdadera virtuosa, la figura de Casals se empequeñecía escuchándola a ella, pero lo más gracioso, era que al tocar entrecerraba los ojos, con lo que lograba parecerse bastante a Yo-Yo-Ma.

Sus grabaciones primeras, fueron hechas en discos de pasta de setenta y ocho revoluciones, después llegarían los long play, las cintas y las últimas, los C.D, y una recopilación de sus mayores éxitos en MP3.
Durante todo este tiempo, la mosca había sabido mantener una prudencial distancia de la araña, que en el fondo no perdía las esperanzas, ni su gran apetito.

Dicen, que los años no pasan en vano y se hacía evidente que para los tres músicos esto era así.
El joven, que ya tenía ochenta y dos años, pasaba gran parte de sus días sin poder tocar el piano. Una dolorosísima artrosis en las manos, se lo impedía.
La araña, había perdido el control de algunos de sus esfínteres y segregaba constantemente esa baba, con la que tejía sus telas. Esto la complicaba, porque debía dedicarle gran parte de su tiempo a limpiar su chelo, que después de un rato de uso, quedaba como capullo de gusano de seda.
La mosca, sufría de un constante temblor de alas, que emitían un molesto zumbido. Pero lo peor era, que con los años, se había convertido en una mosca soretera.
Resultaba muy desagradable para sus compañeros, cuando llegaba con sus patas y trompa empringadas en caca. No podían soportar el olor.
Se hacía evidente que se acercaba el fin de este excelente conjunto musical, pero nadie lo hubiera imaginado así.

Un día, la mosca llegó totalmente borracha, se había entretenido en el baño de un bar de viejos curdas. No se le ocurrió mejor idea que dedicarse a molestar a la araña, que pacientemente, limpiaba su instrumento, con bromas muy pesadas. Esta que de por sí tenía mal carácter, perdió los estribos, y en un santiamén, la tuvo envuelta y lista para comer.
Ante esto, el joven, saltó en defensa de su vieja amiga, sin tomar en cuenta que él ya estaba viejo para hacerse el guapo. La tejedora, totalmente enceguecida, lo hizo también, un lindo paquetito que quedó colgando de un hilo.
Días después, la araña, moría a causa del atracón que se había dado.
No se quiso convencer, que a su edad, de noche debía comer liviano.
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_________________________________ 2005

4 comentarios:

Anónimo dijo...

El cuento de la araña y la mosca es realmente genial,honestamente debo decirte que me cague de risa. Ah, aprovecho para resaltar la foto de tu estudio que podria competir claramente con cualquiera de tus pinturas lo que demuestra que tus dotes de artista no dejan casi nada librado al azar. EL FLACO

Carlos Podesta dijo...

Agradezco sinceramente tu comentario. Espero te gusten los demas cuentos que ire publicando. Podestá

jugadoromar dijo...

Que ingenio la aventura de los dos insectos, la mamà y el bebè.

cuando se prende esa "chispa" en que momento un artista entiende que "tiene" su cuadro o boceto y la idea o su cuento,

Me cuentas tu experiencia amigo carlos.

puedes navegar en mi blog si lo deseas jugadoromar.blogspot.com un abrazo on line

Carlos Podesta dijo...

Gracias nuevamente por tus comentarios.
dificil de contestar tu pregunta.
Picasso decia "jo pinto e fora", en eso al menos puedo emularlo.
Los cuentos, suelen armarse a la noche,en un duermevela, la lastima es que a la mañana, generalmente los he olvidado.En cuanto a tu blog, repito lo dicho anteriormente